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5. Sur de Brasil 2012: Porto Belo y alrededores, cascadas, Itapema y regreso a Camboriú.

A pesar de que Camboriú esta a menos de 100 km de Floripa, durante el camino de regreso hay un montón de lugares interesantes a los que ir,  y nosotros pararíamos en unas cascadas a medio camino, y el pueblo de Itapema, muy cercano ya a Camboriu. Porto Belo es otro de los lugares que quedan de camino. Aquí hay varios lugares de aguas verde esmeralda con grandes fondos marinos en los que bucear y  donde en muchas playas es solo posible el acceso en barco o a pie. Otras playas, como Praia Bombas o Praia Bombinhas, están muchisimo más masificadas, pero merece la pena también una visita. En Bombinhas además se pueden saborear un excelentes platos hechos de camarones, una de las delicias de Brasil. Nosotros no pasaríamos por allí, ya que  debido a que en verano esta mas que masificado, se tardan horas en atravesar la única carretera que lleva a Bombinhas. Para la practica del Surf en esta regíon de Porto Belo, Praia do Mariscal dicen que es uno de los mejores sitios o al menos el mas popular entre los surferos.
La Reserva Biológica do Avoredo, un parque marino compuesto por tres islas: Avoredo, Galés y Deserta, es fácilmente accesible desde Bombinhas en viajes de medio día. Alberga gran variedad de peces exóticos, delfines, tortugas y rayas en sus bonitos arrecifes de coral.

Nuestra primer alto en el camino durante el regreso a Camboriú fue una cascada seminatural, muy próxima a la costa. De echo atravesando simplemente un puente que va por debajo de la carretera hacia el otro lado, se accedía a esta playa en plena autopista de regreso a Camboriú. El nombre del sitio no lo recuerdo, pero además de verse claramente en el camino, es la única cascada que hay por la zona.





Allí es un buen lugar donde poder interaccionar con gente nativa del lugar, y es que por este área no hay demasiados turistas, sino veraneantes brasileiros y nativos.


Hay varios lugares desde donde uno puede lanzarse al agua, especialmente desde los arboles que hay en el lago del que nacen las cascadas.




Desde las propias cascadas, uno puede lanzarse como si se tirase desde un tobogán, dejandose deslizar por la resbaladiza roca. Aquí los mas pequeños del lugar pasan las horas divirtiéndose. Benvenuto probó en sus carnes lo resbaladizo de esta zona y disfrutó también de este tobogán natural.


A escasos metros como antes decía, se atraviesa un puente que cruza por debajo la carretera. Es la manera más rápida de cruzar al otro lado, ya que en coche se debería dar una gran vuelta, y en verano por aquí se hace complicado aparcar en este área.





Por el puente se accede a una playa no muy bonita, pero es un buen lugar donde tomarse un buen marisco en sus muchos restaurantes que hay sobre la playa. Aquí solo estaría de ojeada, ya que la mayoría del tiempo la pase en las cascadas, donde también por cierto hay un buen restaurante en donde pobrar el marisco y pescado de la región. Como siempre, aquí los camarones son el producto estrella.



Desde esta playa uno puede ver al fondo la mayoría de la isla de Santa Catarina, así que es un buen lugar desde donde fotografiar todo el conjunto de esta bonita isla.





Después de la visita a las cascadas, continuamos nuestro camino de regreso. La siguiente parada seria en el pueblo costero de Itapema. Un lugar bastante parecido a Camboriú, con una larga linea costera salpicada de edificios, sillas y sombrillas.


El pueblecito no tiene tampoco mucho, así que no permanecimos demasiado tiempo, y ya sin parar una sola vez más, llegamos finalmente al Balneario Camboriú. 



En Camboriú estaríamos unos cuantos días más, especialmente disfrutando de su playa principal y la familia Benevenuto.

Pasábamos las noches leyendo el Clarín o viendo alguna película, sin olvidar mi paseo diario nocturno en busca de un buen Açai, descubrimiento que pude instaurar en la dieta de los Benvenutos. A veces también disfrutábamos de la bebida favorita de Alex, un buen Fernet con CocaCola, que a mi se me hace bastante difícil de beber, pero que un día quise compartir con ellos.

 Nunca me cansaba de ver esos atardeceres en Praia Principal, con el reflejo de sus altos edificios sobre el agua.

 Pude comprobar los exagerados  precios de las grandes marcas, especialmente de las zapatillas. En Brasil estos productos te pueden costar hasta tres veces mas que en Europa.





El  boom inmobiliario esta más que arraigado en Brasil desde hace ya varios años. Cada día los precios de las casas suben  sin parar hasta precios desorbitados. Esta situación me recuerda ala vivida en España no hace muchos años atrás, y espero que sus consecuencias no sean las mismas para este país en continuo desarrollo. Quizás aquí y debido a la abundancia de recursos naturales esto no suceda, pero en un futuro no muy lejano todo esto tiene pinta de explotar. Ahora en Brasil casi cualquiera tiene la posibilidad de acceder a un crédito bancario y como bien sabemos los españoles esto puede reventar en cualquier momento, además teniendo en cuenta de que por lo general los salarios y elevados costes e impuestos del país hacen de Brasil un país más caro que España incluso. Recuerdo aquellos años en los que todavía salia barato Brasil , con un Real que estaba a 3,7 respecto el €. Ahora a apenas  a 2,1, todo esta caro, y esto a su vez supone un peligro para las exportaciones del país, debido a su moneda tan fuerte.







Salí con Lore a surfear un poco. Para ello me desperté como a las 6 de la mañana, lo que también me dio la opción de poder ver por fin la salida del sol, a pesar de que para hacer surf , que te pegue en toda la cara no es muy agradable, y como no me protegí lo debido, me queme los párpados. Si a eso unimos el que no fui capaz de coger ni una sola ola, decidí al final dedicarme a sacarle fotos a Lore que sorprendentemente no tenia haciendo Surf.


Hay varias escuelas de surf en Praia Principal, como en la que trabajaba Lore.




Lore se gana de momento la vida dando clases de Surf, y la verdad es que no lo hace nada mal. Mientras ella era capaz de surfear casi todas las olas que se le ponían por delante, yo era incapaz de coger una sola, también quizás debido a la fina y pequeña tabla que me había prestado Benvenuto. De todas formas pese a no darse bien el día, me sirvió para hacer ejercicio, aunque lo de los párpados me estuvo dando por saco varios días.




También disfrute de las olas de la playa principal nadando. Es bastante divertido dejarse llevar por ellas.


Tras unos días de total relax en Camboriú, decidimos realizar un nuevo viaje por el Sur de Brasil. Nuestro destino era ahora la Ihla do Mel, una bonita isla del estado de Paraná.





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