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10. Pipa y Tibao do Sul


Tras el espectacular recorrido en Boggie por la costa de Natal con dirección Pipa, nos cayó la noche. Llegamos a Pipa después de un pocos kilómetros desde el pueblecito vecino de Tibao do Sul , el cual tuvimos el placer días después de conocerlo mas profundamente.

Pipa compite totalmente con Jericoacoara como enclave playero más en la onda de todo el nordeste de Brasil. Sin embargo mucho o poco tienen que ver una con la otra, ya que por ejemplo Pipa esta mucho mas urbanizada y es bastante mas accesible para llegar que Jeri. Pipa goza de una animada vida nocturna, buenas olas, playas impolutas resguardadas por grandes acantilados y aguas repletas de delfines con la que disfrutar de una jornada en la playa. Los precios aquí no suben excesivamente respecto al de otros lugares en el Norte, aunque son los mas altos de la zona. Aún así resulta un lugar bastante asequible para nuestros bolsillos.
Nos alojamos en la Pousada Mediterraneo ( www.pousadamediterraneapipa.com ). Este lugar nos lo recomendó Juan y desde luego es un lugar bastante acogedor y bonito, con un estilo muy ibizenco y con unas buenas habitaciones resguardadas del hondonal ruido nocturno de Pipa. El lugar lo lleva su hermana Cecilia y lo recomiendo enormemente. Quizás no es de los más baratos de la zona, pero bien merece la pena gastar unos reales mas aquí.



La misma noche que llegamos decidimos probar esa vida nocturna de la que tanto presume Pipa y rápidamente pudimos ver que efectivamente no le falta marcha al lugar, habiendo bastante lugares donde poder salir de fiesta. Cada día se hace una fiesta depende del lugar, habiendo espectáculos de samba u otros bailes y géneros musicales brasileiros, así como House e incluso Tecno en otros. Saboreando la vida nocturna de Pipa, nos volvimos a reencontrar con nuestras amigas catalanas de Jeri. La verdad es que fue una casualidad, pero algo me decía que nuestros caminos se volverían a cruzar. El reencuentro tuvo lugar nuestra primera noche, que acabamos bien entrada la mañana. Sin tiempo casi para dormir y tras comprometernos con Juan para una excursión en Boggie por Pipa y alrededores, nos dispusimos a desayunar algo con el que poder aguantar el largo día que nos esperaba. El viaje tuvimos el placer de realizarlo con una Vasca y una amiga suya Noruega, a ellas las conoceríamos como "las veteranas" debido a su edad pero que demostraban una juventud espectacular, sobre todo la Vasca, a pesar de andar algo cascada. Ella era una gran viajera, con un curriculum de viajes bastante importante en años en los que no era tan fácil moverse por este mundo.
Juan nos llevo a visitar el Norte de Pipa, como praia dos Afogadoa o Praia do Amor y Praia das Minas, además de la cercana región de Sibaúma también al norte de Pipa, con lugares muy atractivos y bonitos, por la que se accede atravesando una especie de laguna.


Para atravesar esta laguna es preciso la ayuda de unas barcas echas de palos de madera, cuyo patrón mueve con un palo enorme apoyandose en el fondo de la laguna. Por unos pocos reales tienes el trayecto de ida y vuelta. A la hora de comer en esta miniaventura en boggie, elegimos un lugar llamado Solimar, muy recomendable a medio camino entre Sibaúma y Pipa y donde se puede disfrutar de suculentos platos fundamentalmente de pescado y marisco. Luego no nos quedo mas que regresar a Pipa para posteriormente volver a disfrutar de su animada vida nocturna en compañía de Merche y Marivel, nuestras amigas catalanas de Jeri.


Al día siguiente y nuevamente en compañía de las catalanas, que ya se marchaban mañana con rumbo el Sur, fuimos a visitar Tibao do Sul. Antes tuvimos la suerte de ver a unos monitos muy curiosos que deambulaban entre los cables de electricidad en la calle principal de Pipa. Pudimos ver un apoteósico enfrentamiento entre un monito y varios pájaros que defendían parece ser su territorio. El monito salio huyendo tras varios picotazos en busca de ayuda. De repente salieron varios monitos mas en defensa de su compatriota, pero los pájaros finalmente estaban mejor organizados y consiguieron echarlos definitivamente y quedarse con el lugar. Fue bastante curioso ver esta situación la verdad.
Tibao do Sul no esta ni mucho menos tan masificado como Pipa y tampoco esta impregnado de tiendas.






Aquí se puede disfrutar una maravillosa tranquilidad, con maravillosas playas como la dePraia da Madeira o Praia da Cocimbinhas. Estás playas son magnificas y están arropadas por acantilados. Allí es posible disfrutar del Surf, pero se debe tener cuidado con el arrecife, ya que siempre se debe estar al tanto de cuando o no sube la marea al igual que en Pipa y toda esa costa. Es importante informarse cada día de cuando sube y baja, que lo hace durante dos veces al día. Cada mes se publica en las revistas o en Pousadas los horarios, ya que sino, no es posible acceder a las playas rodeadas de grandes acantilados, y uno también podría quedarse encerrado en una playa durante horas. Al haber rocas, cuando sube la marea, es complicado verlas por lo que puedes facilmente cortarte con ellas. Esto es lo que me sucedería a mi en Tibao do Sul. Tampoco es que hubiera subido demasiado la marea, pero mientras intentábamos acceder a Praia do Madeiro, tuve la desgracia de cortarme un cuarto de dedo con una roca y no pude llegar hasta esa magnifica playa. Pero si que pude disfrutar de la maravillosa puesta de Sol que tiene lugar desde un curiosa Creperia a pie de Mar. El camino desde la playa donde nos encontrábamos a La Creperia no fue demasiado sencillo debido a mi corte, pero se vio recompensado primero porque pudimos volver a ver un macaco, esta vez a excasos metros, pudimos disfrutar de un fruto típico de Brasil llamado Pitanga en estado natural y ver una espectacular puesta de Sol saboreando un delicioso Crepe salado o dulce. Se puede decir que allí tiene lugar la puesta de Sol mas espectacular de la región.







Tras un día en Tibao do Sul, regresamos a Pipa para disfrutar de la ultima noche de fiesta en Pipa de Merche y Marivel. Ya no nos la volveríamos a cruzar durante el viaje y espero algún día cruzarmelas de nuevo.








Los demás días en Pipa los dedicamos sobre todo a recorrer y disfrutar de sus preciosas playas, especialmente de la Praia dos Golfinhos, en donde uno puede bañarse a escasos metros o centímetros de delfines. Fueron varias las veces que visitaríamos esta espectacular y peculiar playa en la que puedes nadar con estos amigables y exóticos animales. No solo esta Playa merece la pena, la misma Praia principal es aunque la mas masificada, quizás la mas entretenida y una de las imagenes de lugar. Desde la cruz situado en lo alto del acantilado es posible tener unas magnificas vista de Praia Principal. Otro lugar de vistas espectaculares donde poder admirar las Praias de Pipa es desde el Santuario Ecológico de Pipa. Desde aquí además de recorrer algunos caminos entre la naturaleza típica de la zona, se obtiene las mejores vistas de las Praias de Los Golfinhos o Praia do Madeiro. La entrada son solo de unos pocos reales y merece la pena visitarlos por sus vistas de la costa de Pipa y Tibao do Sul.



En cuanto al pueblecito de Pipa decir que es un lugar bastante acogedor, de gente agradable, en el que poder pasear sin peligro alguno. Pipa esta lleno de tiendecitas de souvenirs donde poder gastar reales sin parar. Hay varios cajeros en todo el pueblo, aunque solo unos pocos de ellos sirven a los turistas. Para sacar dinero es mejor ir al principio del pueblo, ya que continuamente en los del centro se quedan las expendedoras sin billetes. Aun así es fácil hacer uso de la tarjeta de crédito en los establecimientos.









Hicimos buenas migas en la Pousada Mediterrania, conociendo a gente muy interesante, tales como las veteranas o un matrimonio de Argentina super agradable entre otros.
Como es ya costumbre ultimamente en mis viajes por el mundo, cocine algo típico de España, como unas deliciosas tortillas de patatas que degustamos con las veteranas y una deliciosa Paella que compartimos con el matrimonio Argentino del que antes hablaba, Cecilia (la dueña de la Pousada) y algunos otros mas amigos de ellos. A pesar de que ese mismo día hubo un fuerte apagón que dejo Pipa a oscuras durante horas, pude terminar la paella y solo al servirla es cuando todo se volvió oscuro. Con unas velitas pudimos disfrutar de la paella, lo que hizo mucho mas autentico el momento.
También fuimos invitados a una Parrillada echa por el matrimonio Argentino y a pesar de que la carne no era 100% Argentina, estuvo deliciosa.
Tras varios días moviendonos por Pipa, nos quedamos sin mas tiempo para estar allí, ya que Alex regresaba hacia Florianopolis y yo a Salvador. Así que decidimos poner rumbo Olinda y conocerla un poco juntos antes de que Alex se marchara...








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