Sudamérica

Olinda es un ciudad viva de barrios bohemios, galerías de arte, museos y música en las calles con un cierto sentimiento de fiesta en el aire. De hecho, su Carnaval es uno de los mejores de Brasil, muy al estilo del de Salvador de Bahía. Yo tuve el placer de poder asistir a uno de sus ensayos, ya que estábamos muy próximos a los Carnavales.

Su hermoso centro histórico, que se asienta sobre una colina desde donde pude verse la vecina ciudad de Recife y el océano Atlántico, convierte a Olinda en una de las poblaciones coloniales mas grandes y mejor preservadas de Brasil, con retorcidas callejuelas llenas de antiguas casas de vivos colores, algunas perfectamente restauradas y otras en un gran estado de deterioro.

Olinda es un lugar que no decepciona al viajero experimentado, pues es bella, divertida y acogedora.
Aquí Alex y yo pondríamos fin a nuestra particular travesía por el nordeste de Brasil, aunque todavía tendría un día mas en Olinda y una breve incursión por la ciudad de Recife.

Fue todo un honor volver a compartir un viaje con mi amigo Alex Benvenuto, kapo Argentino, y con el que espero en breve volver a juntarme para recorrer otros lugares de este maravilloso planeta. Quizás nos volveremos a encontrar en el 2013, en el que tengo como objetivo recorrer el sur de Brasil.







Al día siguiente y por primera vez solo en este viaje, decidí recorrerme la ciudad y admirar todo lo antes dicho. Me junte con Dolf Lunger, un holandés que era clavado al actor y conocí en la pousada donde me hospedaba: Pousada dÓlinda. La Pousada no esta del todo mal y esta en una buenisima situación. Tiene tanto habitaciones privadas como compartidas y no es excesivamente caro si se regatea un poco.







Estuvimos varias horas recorriendo el centro histórico y las playas de la ciudad. Olinda no es un buen lugar para bañarse y su costa no es demasiado bonita, aunque si resulta entretenida. En cuanto a lo de tomar un baño, uno debe muy mucho pensarse el nadar por esas aguas del Atlántico, y es que hay infinidad de señales que indican la peligrosidad de bañarse como consecuencia de la presencia de tiburones. Esta presencia es sobre todo debida a un factor importante; y es que antiguamente, allí se encontraba una fábrica de pescados. Las sobras se tiraban al mar y esto origino la llegada de numerosas familias de tiburones que obtenían comida fácil. Tras unos años la fábrica cerro, lo que dejo sin comida a los tiburones. Es por eso que son tan agresivos y facilmente pueden atacar a los bañantes que se atrevan a nadar por sus aguas. Tanto aquí como en Recife es peligroso bañarse, lo que no impide que muchos locales y algún que otro turista atrevido prueben sus aguas. De todas formas como decía, las playas de Olinda no son demasiado bonitas aunque si que son muy entretenidas, pudiendo practicar en ellas infinidad de deportes tales como Volley, Futbol playa, ect...




Tuve el placer de disfrutar de uno de los ensayos de Carnaval de uno de los Blocos (Grupos del Carnaval) de Olinda. Gracias a ser "periodista" me dejaron entrar muy amablemente regalándome incluso una de las abadas(camisetas) del Bloco. Aunque no permaneci allí mucho tiempo, pude ver como se lo pasan los brasileiros antes, durante y después del Carnaval. Por la noche el Bloco realizaba un paseo por la ciudad concentrando a cientos de personas entre las calles de Olinda. Como si del mismismo carnaval de Bahía se tratara, tuve el gusto de disfrutar de una jornada de Carnaval en Olinda, uno de los mejores lugares en donde disfrutar el Carnaval Brasileño.








Fue un largo día en el que me patee de arriba a abajo la ciudad. En la Pousada me encontré con aquel Catalán que habíamos conocido al principio del viaje en Fortaleza. Con el inicie y termine este emocionante viaje. Al día siguiente muy temprano agarre un autobús con destino el Aeropuerto de Recife, debido que mi avión salia temprano. Por suerte el vuelo estaba algo mas de dos horas retrasado, lo que utilice para poder conocer un poco la ciudad de Recife...