Sudamérica

El viaje hacia Camboriu desde España seria muy largo, y antes tendrían que pasar unos días hasta que por fin pudiera llegar a mi destino final.
El primer alto en el camino era Buenos Aires. Allí pasaría un día, antes de intentar volar hasta Florianopolis, pero una serie de acontecimientos, cambiarian mi ruta inicial.
Llegué temprano desde Madrid con Air Europa. Las vistas que tuve de la ciudad desde el avión fueron sencillamente espectaculares, y te hacen una idea de las dimensiones de esta enorme ciudad.




 En Buenos Aires me quedaría a dormir en casa de mi buena amiga Joi, una porteña loquita con la que pasaría mi día en la ciudad. Ya en Buenos Aires, se me haría algo complicado localizar a Joi, aunque finalmente y con la ayuda de otra amiga mía de Buenos Aires, Lau, conseguiría contactar con ella.
Desde el aeropuerto la manera mas económica y cómoda de llegar a la ciudad es con los autobuses de Manuel Tienda Leon, que tiene varias paradas y múltiples horarios. Legar a la ciudad con esta compañia sale por unos 60 pesos después de la última subida de precios y la parada se encuentra al salir del aeropuerto, donde también sacas el Ticket. El taxi ya no sale tan barato, y esto unido al trafico, puede que las carreras se vayan por la nubes. Aunque entre varios, es una muy buena opción. Tras "agarrar" el autobús, pare en la parada de puerto Madero. Desde allí y tras pillar el metro y un par de autobuses mas, conseguí tras algo más de una hora, llegar a casa de Joi.
Joi vivía en una casita bastante chula, con una terrazita bien aprovechada en donde poder pasar tus ratos en casa. Por supuesto nosotros la usaríamos más tarde para compartir un asado al mas puro estilo argentino.


Antes, saldríamos a dar un paseito por la ciudad, y es que a pesar de haber estado ya un montón de veces, nunca me canso de pasear por la ciudad de Buenos Aires. La ciudad todavía se aprecian esas calles rotas y señales caídas, que hacen que esta ciudad tenga unos contrastes increíbles.


Fuimos al barrio Chino de la ciudad. Allí además de ver dos pequeñas calles con establecimientos chinos, se pueden tomar uno de los más míticos choripanes de la ciudad.



Desde el barrio Chino agarramos un tren para ir al centro. Era la primera vez que tomaba un tren en la  Buenos Aires, una nueva experiencia en esta ciudad.





El tren nos dejo cerca del Planetario. Allí alquilamos unas bicicletas y recorrimos todo el  área  cercano, incluido el parque en el que se encuentra. El parque esta bastante bien, un buen lugar donde pasear. Tiene un lago precioso en su interior, aunque uno no puede bañarse.




Tras una buena vuelta en bicicleta, regresamos a casa de Joi. Allí esperaba su chico  y  dos amigos más, para hacer en la terraza un tradicional asado argentino. El novio de Joi  fue nuestro particular cocinero.



Después, y con la tripa bien llena, fuimos a dar una vuelta por esa mas que animada noche nocturna de Buenos Aires. Acabamos bastante tarde, tanto, que solo pude dormir un par de horas antes de ir al aeropuerto de Aeroparque y tomar mi vuelo con destino Florianopolis.



Sin practicamente haber descansado en 2 días, llegue al aeropuerto de Aeroparque con unas ganas tremendas de pillar el avión y dormir durante el vuelo. Pero entonces empezaron a sucederse una serie de desgracias, que me retuvieron en el aeropuerto cerca de 5 horas.
Mis problemas empezaron cuando desgraciadamente perdí mi vuelo a Florianopolis debido a que el vuelo estaba lleno, y es que el billete que yo llevaba era un Zed, un billete especial mas barato que va sujeto a espacio. Por lo que si no hay hueco en el avión, te quedas en tierra. Y esto mismo es lo que me sucedería a mi. Sin ningún vuelo hasta el día siguiente, no quería esperar otro día más sin encima garantias de poder pillarlo, y es que este iba lleno también. En un primer lugar intente cambiar el billete ha otro destino distinto que estuviera cerca de Floripa; pero no era posible desde allí. Así que intente ir de extra crew con Aerolineas Argentinas. Si eres auxiliar de vuelo y estas en posesión de tu licencia, es posible volar gratis con Aerolineas Argentinas siempre con el permiso del Comandante y bajo por supuesto rigurosa identificación. En Argentina resulta muy sencillo hacerlo, y la gran mayoría de ellos acceden a llevarte sin problemas. Pero mi problema no era ese, y es que al ser un Sábado y encima cambio de quincena en pleno verano argentino, todos los vuelos iban bastante llenos, por lo que no tenia espacio en ninguno de ellos. Desesperadamente intente irme vía Sao Paulo con la compañía aérea brasileira Gol, pero eso de ir de extra con Gol no funciona de momento. Por fin conseguí hueco en un avión con destino a Iguazu, que me quedaba algo lejos de Camboriu, pero que era la mejor opción sin vuelos a Florianopolis, muchisimo mas próximo a mi destino. Pero como si un tuerto me hubiera mirado mal, perdí el vuelo nuevamente porque a una de las operarias de tierra del aeropuerto le dio la gana. Estando a escaso metros de la puerta de entrada del avión ,con un billete que me habían dado en Aerolineas, y pasar todos los filtros, la operaria no me dejo entra al avión alegando que por aquí solo podían los pilotos, y aunque tenia permiso del Cmte del vuelo, ella no accedió ni siquiera a llamarle por radio para preguntarle. Resignado y sin ganas de montar una escena, me fui cabreado a hablar con coordinación en tierra a contarles lo sucedido. El personal de tierra de Aeroparque y en especial  el jefe de coordinadores y la coordinadora Sonia, se portaron después muy bien conmigo e intentaron muy buenamente meterme en el siguiente vuelo posible. Finalmete dos Comandantes se enteraron de lo sucedido y se ofrecieron muy gentilmente para llevarme a Iguazú.
Así que sin mas dilación y habiendo perdido todo el día en el aeropuerto, perdiendo 9 vuelos, agarre un vuelo de Aerolineas con destino Iguazú.



Desde el avión, nuevamente pude apreciar unas vistas espectaculares, pero esta vez de la selva subtropical del área de Iguazú, repartido entre Argentina y Brasil..




En Iguazú pasaría solo una noche, ya que mi destino final era Camboriu. Pensé en visitar nuevamente las majestuosas Cataratas, pero como ya  las había visto y estaba muy cansado, preferí relajarme en el pueblo y disfrutar de la gastronomía Argentina. Decir que como en todo el país, aquí se come muy bien, y son un montón los restaurantes que se reparten por sus calles.


El Hostel en el que me hospede es de Hostelling Internacional, y además de habitaciones compartidas, las tiene privadas. El lugar esta bastante bien y muy cuidado, con un buen jardín y una piscina. Además es de los sitios más baratos de todo Iguazú.






El día en Iguazú se me hizo bastante pesado, pero nada comparado al viaje en bus que todavía me quedaba hasta Camboriu. El trayecto era de unas 15 horas, por lo que pasaría la noche durmiendo en carretera. Al menos en Argentina los autobuses son muy cómodos, comparables a  la clase Businness de un avión, pero 15 de horas son demasiadas.
Finalmente y después de 3 días desde que salí de mi casa en Madrid, llegue a Camboriu, mi primer destino en este recorrido por el Sur de Brasil.



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